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Amancio Ortega con su nieto al que los progres creen que también hay que regalarle los libros |
Oh, no me malinterpreten, no soy un ultraliberal, sino todo lo contrario, estoy convencido de que hay que ayudar a la gente que no llega, pero creo que deberíamos aplicar más sentido común y menos demagogia barata.
Cuando empezaron a hablar de la gratuidad de los libros de texto, el Sr. Amancio Ortega (del imperio INDITEX) y la baronesa Tita Cervera, habían tenido nietos, ¿seguro que a ellos hay que regalarles también los libros?
En 1968, para preparar mi entrada en el Bachillerato, tuve que comprar un libro que se llamaba “Examen” y costaba 80 pts., para ello mi madre tuvo que limpiar muchas casas y mi padre hacer muchas horas en la fábrica.
Yo era consciente del sacrifico que hacían, así que aquel libro me hizo respetarles aún más, y probablemente me ayudó a convertirme en médico. ¿Por qué ese ejemplo no ha de servirles también a los niños de hoy?
Cuando propusieron hacer las autopistas gratuitas me pregunté por qué mis padres, que eran pensionistas y no tenían coche, tenían que pagarles los desplazamientos a camioneros y vendedores, que se ganan la vida viajando.
Ahora son los productos de higiene femenina y me vuelvo a preguntar porque con el dinero de los barrios desfavorecidos (Raval o Vallecas) hay que pagarles tales productos a las mujeres de Sarrià o del barrio de Salamanca.
Hacer que las cosas sean gratuitas, es decir, que las paguemos todos, incluido quien no las usa, en vez de ayudar generosamente a quien las necesita y no puede pagarlo es, no solo injusto sino también tremendamente insolidario.
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