Ahora hemos sabido, gracias a la Sra. Ayuso, que para llamarle a alguien “hijo de puta” (les ruego disculpen la expresión), ellos dicen “me gusta la fruta” y claro, así solo les puede entender quien sea muy de derechas o haya hecho un curso derechil acelerado.
Esto no es nada nuevo, desde luego, porque todo empezó llamando “Glorioso Movimiento Nacional” a la Gran Traición de 1936 y llamando “caudillo” al mayor asesino de españoles de nuestra historia, un criminal de guerra al que además hicieron jefe del estado durante 40 años.
A la masacre de casi un millón de españoles le llamaron “cruzada” y dijeron que lo hacían “por la gracia de Dios”. A los ejércitos fascistas extranjeros les llamaron “los nacionales” y a la pobreza, la represión y el silencio de los cementerios le llamaron “años de paz”.
Ahora proponen fusilar a 26 millones de españoles y a esa barbaridad le llaman “salvar la patria”. Si se queman las calles de Barcelona lo consideran una traición imperdonable, pero si se queman las de Madrid es por “puto defender España” (vuelvo a pedir perdón).
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A Ayuso le gusta la futa |
En ese delirio lingüístico, es donde ellos llaman “golpe de estado” y “dictadura por la puerta de atrás” a que tome posesión del cargo un presidente de izquierdas, mientras que entrar pistola en mano y pegando tiros en el Congreso lo consideran una travesura digna de admiración.
Quizá haya llegado el momento de empezar a llamarle a las cosas por su nombre.
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