Esta es una carta abierta a todos los padres que se estén planteando
cambiar a sus hijos a una escuela donde solo se enseñe en castellano, en virtud
de la decisión del Ministro Wert.
No lo hagan, no se dejen engañar por el peor ministro de nuestra reciente
democracia. No existe ningún político sensato en el mundo que se niegue a que
los alumnos aprendan idiomas como hace Wert, porque todos ellos tienen en
cuenta la opinión de los expertos que aseguran que saber idiomas es fundamental
para el desarrollo intelectual de los pequeños y les abrirá más puertas en el
futuro. Y cuando dicen idiomas, generalizan, no dicen “menos el catalán”.
Que a los niños se les aparte de estudiar catalán, incluso cambiándoles de
escuela, como si la lengua fuese la peste, les hará un daño terrible al crecer
creyendo que la cultura más cercana es censurable y pecaminosa, les impedirá
aprender con normalidad cualquier otra lengua y eso, como dicen los expertos, les
restará posibilidades en un mundo globalizado.
Evitarles el contacto con la diversidad que supone la actual escuela
catalana les hará creer que existen oasis homogéneos, y ello les volverá más
intolerantes y reacios a aceptar los cambios, lo cual no les ayudará cuando
salgan de la escuela y lleguen al mundo laboral.
Si además imaginan que pueden saltarse otras asignaturas con estratagemas y
prebendas, se apartaran de la cultura del esfuerzo, lo que será un nuevo lastre
que quizá arrastren durante toda su vida, empujándoles a convertirse en NINI
que ni Wert ni otros antes han sabido evitar.
Por último quisiera recordarles que el ministro habla catalán sin ningún
problema, entonces ¿por qué le niega a los demás el conocimiento que él tiene?
Porque esta derecha, caciquil y heredera del fascismo, que ayudó al general
Franco a permanecer hasta el año 1975, nunca ha querido una educación potente,
ni un país culto, que sería mucho más rico pero menos manipulable. Lo único que
buscan es un pueblo inculto y dividido para perpetuarse en los cargos, y la mejor
manera de dividir es crear una generación de catalanes que renieguen y odien su
cultura y su lengua.
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