
Pues eso es lo que
ocurrió el jueves, 9 de abril, cuando nuestros asalariados, los parlamentarios
de ICV, CUP, PSC, C’s y PP, abandonaron la comisión de salud del Parlament de
Cataluña, eludiendo su responsabilidad, por la que les pagamos el sueldo. Es decir
que, en vez de hacer su trabajo y velar porque la salud del país mejore, la
gente esté bien atendida y las listas de espera no se inflen más allá de lo razonable,
abandonaron el puesto de trabajo, se saltaron nuestro encargo a la torera y, lejos
de hacernos confiar en la política, nos crearon una tremenda inseguridad sobre
la calidad y la capacidad de nuestros representantes.
Puedo entender que algunas
cosas de las que llevan implícitas dentro del sueldo no les gusten, como nos
pasa a todos los asalariados, pero los ciudadanos estamos hartos de esta clase
de políticos, de todos los colores, que ponen sus intereses personales o de
partido por delante de los del país o del pueblo que es quien les paga.