Si dijera que
estar a favor de la independencia de Cataluña es fácil, mentiría, ya que no lo
es tener al estado en contra, recibir amenazas constantes y saber que las
cumplirán tanto a través de los tribunales como de la guerra sucia.
Sin embargo, por
el comportamiento del estado, creo que es mucho más difícil estar en contra del
proceso y que quien se opone de todo corazón al mismo, es un verdadero héroe.
Aguantan que les
traten como a menores que no saben lo que quieren, cuando les aseguran que votar
es ilegal o que equivale a dar un golpe de estado, según los herederos de quienes
ayudaron a Franco a hacer una guerra civil e instaurar una dictadura infame.
Rechazan una
República catalana, mientras aceptan que España sea una monarquía hereditaria
impuesta por un dictador.
Niegan que la
independencia pueda mejorar la vida de los catalanes, pero admiten que un 70%
de los jóvenes españoles no vean otra alternativa que huir del país para
ganarse la vida.
Repiten que
Cataluña no será viable, ni podrá pagar a los pensionistas, pero callan cuando
ven que la deuda española se hace cada día más inasumible y que en la caja de
las pensiones solo quedan migajas, tras dar por perdidos 60.000 M€ regalados a
bancos.
or eso consienten que no se pueda luchar contra la pobreza energética, que no exista igualdad entre hombres y mujeres en los tribunales y órganos colegiados, que los pisos vacíos no se puedan gravar con un impuesto, etc.
Aceptan que un
país con 7.000 Km de costa, aire y sol, sancione las energías alternativas y
desaproveche el potencial del Corredor Mediterráneo, por si la creación de
puestos de trabajo en Cataluña resta votos en otras CCAA.
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