Seguro que el nombre de Fritz Bauer no les dice nada. Fue un
abogado judío alemán, que tuvo que huir de su país en 1935 para irse a
Dinamarca. Cuando regresó, en 1949, fue nombrado Fiscal General del Estado de Hesse.
Él pensaba que los alemanes debían juzgarse a si mismos por
los crímenes cometidos en la II Guerra Mundial, para lo cual no era suficiente
juzgar a la cúpula nazi en los Juicios de Núremberg, sino que era necesario
también juzgar a sus cómplices.
Impulsó lo que se conoció como “los juicios de Auschwitz”,
en los que procesó a alemanes de a pie que habían participado en aquel campo de
exterminio. Si leen “La casa alemana” está ambientada en aquellos juicios
precisamente.
Bauer le descubrió a los alemanes de los años 60 lo que
habían hecho los de los años 30 y 40, y puso en entredicho las respuestas que
los acusados daban siempre, en el sentido de que solo cumplían con las órdenes
recibidas.
Su respuesta siempre fue la misma, que las leyes del estado
nazi eran ilegítimas y que uno no puede defender sus acciones diciendo que las obedecía,
porque no hay ley que pueda justificar un crimen contra la humanidad.
Auschwitz |
Añadía que todo el mundo debe tener un sentido del bien y
del mal, y actuar con arreglo a él, independientemente de lo que diga el gobierno.
Cualquier persona que participe en una máquina asesina, como Auschwitz, se
convierte en culpable de un crimen.
Les explico esto porque encuentro a faltar un fiscal Bauer que
recuerde a los españoles que la dictadura, salida de la gran traición de 1936,
también era ilegítima, como lo es el actual estado heredero de ella, y que habría
que juzgar tanto a los líderes como a los cómplices de sus crímenes y atrocidades.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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