Medidas
para regenerar la política:
1. Cambiar el sistema electoral por uno que garantice la dinamización de la vida política. Listas abiertas, dos legislaturas máximo, dos vueltas con un mínimo del 12’5 % de votos para pasar a la segunda y una fecha concreta de las elecciones sin posibilidad de avanzarlas por intereses electorales.
2. Limitar el ámbito de influencia política. El país no puede ser botín electoral de nadie
3. Aumentar el nivel de exigencia de los cargos electos. Rendir cuentas de la gestión económica, a parte la política, al final de cada legislatura.
Medidas para la regeneración económica:
1. Exigir responsabilidades tanto a los que han generado los déficits, como a los que tenían que velar para evitarlos (banco central, agencias de rating) y a los que les dieron el visto bueno a unas cuentas llenas de agujeros (empresas auditoras). Hacer devolver las indemnizaciones de los directivos del déficit para no perpetuar la cultura de que la manipulación y el trabajo mal hecho tienen recompensa. En este punto nos jugamos nuestro futuro y nuestra credibilidad.
2. Dejar caer un banco (Bankia) asegurando los depósitos de los clientes. Con ello conseguiremos mejorar la calidad futura de nuestro sistema bancario y eliminar la necesidad de rescate europeo (que habría que devolver con intereses).
3. Decirles a los bancos extranjeros que de momento solo los devolveremos el 50% del dinero que nos han prestado, el resto dependerá de su responsabilidad en la crisis. Esto no gustará a la Sra. Merkel pero tampoco le gustará una Europa con Grecia, Portugal, España e Italia hundidas.
Medidas para
la racionalización del Estado:
1. Redefinir las autonomías. Se podrían eliminar les 10 que no aceptaron las transferencias de sanidad hasta enero del 2002, ja que demostraron no entender que gobernar y prestar servicios supone ejercer una gran responsabilidad.
2. Reducir el Estado a los organismos imprescindibles y eliminar los duplicados o de dudosa utilidad. Cerrar las Diputaciones (sus competencias pasarían a las CCAA). Cerrar el Senado. Reducir el número de municipios.
3. Nueva política estatal de infraestructuras. Abandonar las obras faraónicas y ruinosas, y cambiarlas por otras productivas y que ayuden a sacar el país adelante. Crear el corredor del Mediterráneo. Potenciar viveros de empresas.
Estas medidas no gustaran a mucha gente pero sin ellas corremos el riesgo de caer de nuevo en la misma piedra en pocos años.
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