¿Recuerdan la
película “Agárralo como puedas”, que era una sucesión de gags sin sentido
argumental? Pues el Gobierno del PP me la recuerda con frecuencia, aunque con
menos gracia.
Si estábamos
sorprendidos por la mediocridad de nuestra clase política, el actual elenco de
ministros esperpénticos es tan numeroso que parece un casting para elegir al
más torpe de la clase, y además ni siquiera se preocupan en disimular que
gobiernan solo para una minoría, conscientes de que aquí todo vale, nunca pasa
nada, ni hay que dar explicaciones.
El Sr. Gallardón, no solo
ha sido incapaz de mejorar la justicia para los ciudadanos o de impulsar las reformas
que necesita, sino que además ha logrado proezas que nunca se habían dado en
este país como una huelga de jueces, fiscales y abogados. Tampoco ha podido impulsar
ninguna de las propuestas que traía bajo el brazo, porque incluso los de su
propio partido las ven demasiado conservadoras. Eso sí, ha perjudicado el prestigio
de nuestra justicia, apartando a los jueces que investigaban aquello que no le
gustaba e incumpliendo todos los requerimientos internacionales que se nos hacen
desde cualquier instancia mundial. Su aportación a la jurisprudencia ha sido una
ley que ha permitido excarcelar directamente a grandes narcotraficantes, una vergüenza
para todos
.
La Sra. Mato está
totalmente desautorizada desde que salieron los papeles del Sr. Bárcenas y, en cualquier país civilizado
estaría dimitida o cesada. Esperemos que lo de traer el Ébola a Europa la salga
bien o se hará un hueco lamentable en
los libros de historia. En cualquier caso, que el propio Gobierno no quiera que
hable sobre el traslado del infectado hasta el Hospital Carlos III, indica la consideración
que tiene entre sus propios colegas del gabinete.
El Sr. Wert es sin duda
el peor ministro que ha tenido España en su reciente democracia. Convencido de
que la mayoría absoluta sirve para aplastar y no para consensuar, se ha empeñado
en devolvernos al nacionalcatolicismo de los años 40, lo que hará un daño
terrible a nuestros hijos durante décadas. Para contentar al Sr. Rouco Varela,
no ha dudado en ponerse en contra a todos los que tienen algo que ver con la
educación: alumnos, padres y maestros. El resultado es que nos ha hecho perder
cuatro años, incapaz de mejorar la educación y despolitizarla, que es lo
primero que se necesita, a la vez que nos ha restado competencia y credibilidad.
El Sr. Soria es el único
español que no acepta que el futuro energético del país pasa por las energías alternativas:
sol, aire y mareas. Pero no es que no lo vea, sino que sólo piensa en su futuro
puesto en el consejo de administración de una energética. Me pregunto cómo
puede presentarse ante los españoles, asegurando que no quiere que la factura
de la luz suba un 11%, para después dejarles que la suban un 18%, sin que se le
caiga la cara de vergüenza.
La Sra. Báñez es la más
cándida del Gobierno. Ni entiende el problema del paro ni sabe qué hacer con él.
La causa es bien sencilla: como ella ha logrado un cargo de tanta
responsabilidad sólo por tener el carne del PP, no se explica que personas
mejor formadas no hagan lo mismo que ella y se apunten al partido, en vez de
hacerlo en el INEM.
El Sr. Cañete, un político acostumbrado
a hacer las cosas sin más argumentos que los gonadales, se mostró públicamente
como un machista que desprecia a las mujeres, sobre todo a las que son más
inteligentes y educadas que él. En cualquier país normal sería apartado de todo
cargo público, por pura dignidad nacional, sin embargo aquí el PP le mandó a
Europa, donde tiene la oportunidad de avergonzarnos, no sólo a nosotros sino a
todo el continente.
El Sr. Montoro es el
Harpo Marx del Gobierno. Con actitudes chulescas de barrios altos, no duda en
amenazar a cualquiera sin prueba alguna, porque el caso es asustar a la gente
para mostrar galones. Sus medidas impositivas son las que han acabado de hundir
el país en la miseria, al desplomar el consumo y arrasar a la clase media, que
es la que debería sacarnos de la crisis. Es un desastre sin paliativos para el
país, y sus equivocaciones harán que nos cueste varios años más que a los demás
salir del agujero donde nos ha metido. Por si fuera poco, sin mover un dedo
contra el fraude fiscal, no ha dudado en favorecer a los defraudadores de
grandes fortunas con una amnistía fiscal vergonzosa e indigna en la situación
actual.
El Sr. García Margallo intenta
ser el Pepito Grillo de la consciencia nacional, con aquello de la “marca
España”, aunque aún no ha caído en la cuenta de que el respeto, tanto interno como
externo, hay que ganárselo antes de exigirlo y, en su terreno, la falta de una
política exterior coherente no es una buena carta de presentación. Su intento
de entrar en la primera división de la diplomacia mundial enviando a un
funcionario español a inspeccionar un avión boliviano, en un aeropuerto
austríaco, a la búsqueda de un ciudadano norteamericano, es uno de los mejores
gags del “Gobierna como puedas 5 y ⅓” del PP.
En toda película de
“Agárralo como puedas” no puede faltar una chica resultona y sin cerebro, que
aquí no es otra que la Sra. De
Cospedal, alguien tan irresponsable que no duda en meterse con el
malvado de la película, el Sr. Bárcenas, que la arremanga, la abofetea y la
abandona a su suerte, mientras los espectadores, aunque nos caiga simpática, no
podemos dejar de preguntarnos aquello de “¿si no quieres polvo para qué vas a
la era?”. Pero no nos engañemos, su propuesta de que los parlamentarios de
Castilla La Mancha no cobren demuestra tanto su populismo (por más que critique
a Podemos), como su creencia de que a la política solo deben ir los de su
clase, es decir los que puedan permitirse estar una temporada sin cobrar, hasta
que empiecen a recibir sobresueldos para compensarles.
Todo este elenco de
sinsentidos, está presidido por el Sr.
Rajoy, nuestro Leslie Nielsen, que deja actuar mientras él se esconde
tras un plasma sin que se pueda asegurar nunca si va o si viene. Sorprende que
quiera ser el presidente de un país moderno mientras reconoce que una parte de
los papeles de Bárcenas, que implican a miembros de su gobierno en el cobro de
sobresueldos no declarados a Hacienda, son ciertos, sin tomar medidas para
hacer dimitir a los implicados en el desaguisado. Pero aún sorprende más su
cerrazón e inmovilismo, impropio de un político con sentido común, que le
impide enfrentarse con lógica y argumentos a la petición de ejercer la
democracia de una parte del territorio, como ocurre con Cataluña.
Para terminar, uno
se pregunta cómo es posible que la novena economía mundial tenga al frente a
tal pandilla de esperpentos, y la respuesta es que todo ello ocurre por dos
motivos:
- El primero es la existencia de un
sistema electoral sin listas abiertas, ni límites en el número de legislaturas,
que favorece el ascenso de la mediocridad para instaurarla en los cargos
durante años. Y resulta que el poder, como ocurre con el agua, cuando no se
mueve se pudre.
- Y segundo, porque cuando se
permite a los mediocres poner a dedo a sus sucesores, no lo hacen pensado en el
bien del partido, y mucho menos del país, sino en asegurarse aquello de que
“quien te substituye te hará bueno”, por lo que nombra a alguien más mediocre que
él. Así nos va.
Esta es la
situación actual y, si no la cambiamos, el futuro será más negro pues los gobernantes
serán aún peores, pero esa no es la peor noticia, lo peor es que hacerlo depende
de nosotros. De nada sirve descargar nuestra responsabilidad y quejarnos por lo
que tenemos, pues nosotros les pusimos en los cargos. Por más importante que
sea un presidente o un ministro, no
dejan de ser nuestros empleados. Ellos son los gerentes y directores de esta
empresa llamada España, pero no debemos olvidar que nosotros somos los propietarios,
los miembros del consejo de Administración, con poder para ponerlos o
quitarlos, y uno no tiene empleados para que le ocasionen problemas sino para
que se los resuelvan, en caso contrario debe tomar medidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario