Les aconsejo que vuelvan
a ver la película “¿Vencedores o vencidos? El juicio de Nuremberg”, no solo por
la excelente interpretación de esos gigantes del cine que eran Spencer Tracy,
Burt Lancaster o Marlene Dietrich, sino porque es muy ilustrativa de lo que
debería haber ocurrido en España pero no ocurrió.
Como recordaran,
la película no trata de los juicios a los grandes criminales nazis, sino que se
centra en los que le dieron una cierta legalidad al nazismo: los jueces que
colaboraron con aquel régimen por convicción o porque tenían una familia que
mantener.
Les cuento esto
porque el gobierno de Madrid parece estar pensando seriamente en sacar a Franco
de ese monumento al dictador que es el
Valle de los Caídos, con el argumento cierto de que Alemania no tiene
monumentos a Hitler, ni Italia a Mussolini.
Y es que cuando
esos dos países se dieron cuenta de la aberración que era el fascismo, lo
juzgaron y lo erradicaron de su vida pública y jurídica, por eso no permiten ni
los monumentos ni los tribunales fascistas.
España, al no
haber superado el franquismo, no lo ha juzgado ni eliminado, por eso no solo mantenemos
sus monumentos sino algo mucho peor, sus tribunales de justicia con nombres
actualizados, como el infame Tribunal de Orden Público, reconvertido en Audiencia
Nacional.
¿Creen que la
actual Alemania hubiera permitido que existiera un tribunal politizado con
jueces como los que se juzgan en la película, nombrados a dedo por sus ideas políticas
y no por sus cualidades jurídicas? Pues España no tenemos uno sino dos: la
Audiencia Nacional y el Tribunal Superior de Justicia.
Si el gobierno
del Sr. Sánchez de verdad quiere hacer un buen servicio a España y a los
españoles, antes de sacar un muerto de su tumba debería cerrar esos dos
tribunales.
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS,
ENCARCELADOS SIN HABER COMETIDO NINGÚN DELITO
ENCARCELADOS SIN HABER COMETIDO NINGÚN DELITO
VIVA LA REPÚBLICA
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