Entre la solidaridad y la tomadura de pelo hay una línea
delgada, que con frecuencia se traspasa, por eso les propongo algunos ejemplos
para que decidan si hablamos de una cosa o de la otra.
Aunque los padres deben ayudar a los hijos, ¿qué les parece la
demanda que unos padres ganaron contra su hijo, de 30 años, para echarlo de
casa porque no trabajaba, ni estudiaba, ni buscaba empleo, ni colaboraba en nada?
¿Padres desnaturalizados o hijo cara dura?
Hay que ayudar a las familias que no pueden pagar la
energía, pero cuando en un barrio la mitad o más de las viviendas pinchan la
electricidad y se producen incendios por sobrecarga, ¿es solidaridad o un abuso
a los que pagan?
Se deben ayudar a los parados, pero en los años previos a la
crisis, con pleno empleo e importando trabajadores de toda Europa, aún había un
8% de parados en las listas, ¿le tomaban el pelo a nuestra solidaridad?
Cuando la gente cobra más estando en el paro que trabajando,
como ocurre ahora en la campaña de la fresa en Huelva, ¿nuestra solidaridad favorece
que nos tomen el pelo?
Hay que ayudar a los que están en riesgo de pobreza, pero
cuando se hace una inspección para controlar el fraude y se eliminan más de
400.000 prestaciones irregulares, ¿cómo lo calificamos?
La gente ha de tener una vivienda digna, pero cuando un
grupo de niños de papá quieren jugar a ser clase obrera, ocupan una para vivir su
idea de comuna y, aunque sean incívicos y sucios, no hay manera de echarles, ¿hay
que ser solidarios con ellos?
¿No deberíamos hacer un estudio para valorar las ayudas que recibe
cada nacionalidad (con porcentaje de individuos subvencionados por cada 100
llegados), para ver con quien somos solidarios y quien nos está tomando el
pelo?
ACUSO AL ESTADO POR LA FARSA DEL JUICIO AL INDEPENDENTISMO
VIVA LA REPÚBLICA
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS
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