Voté SI en el referéndum de la Constitución de 1978, creyendo
que aquel texto pondría punto final al fascismo institucional, a la represión,
a los presos políticos, al exilio, al pensamiento único y a la dictadura.
En aquel referéndum el PP votó NO porque quería la
continuación de las Leyes Fundamentales del Movimiento, como el mejor garante de
aquel régimen criminal y corrupto, amparado por uniformes, togas y sotanas.
El PP se hizo constitucionalista cuanto se dio cuenta de la
verdadera naturaleza de una Carta Magna, elaborada bajo amenaza militar, que
garantizaba la continuación de todo lo anterior, sin las sospechas que levantaban
unas leyes inspiradas por el propio dictador.
A cambio de dejarnos votar cada 4 años y de compartir el botín
con una nueva clase política, tan mediocre y corrupta como ellos, los cómplices
del dictador podían seguir manteniendo sus corruptelas y prebendas.
La Constitución ha superado con creces a las Leyes del
Movimiento a la hora de proteger a aquella cleptocracia heredera de la
dictadura, el mejor ejemplo es el blindaje que hace del jefe del estado, propio
de un monarca absolutista o de un sátrapa.
No es que la Carta Magna haya traicionado lo que prometía,
porque nunca prometió nada, pero sí ha defraudado las esperanzas de los que
queríamos una España mejor, más libre, más democrática, más tolerante y más
próspera.
Al ver que en el país sigue habiendo fascismo, represión,
presos políticos, exiliados, pensamiento único y volvemos hacia la dictadura,
ya no puedo creer en una Constitución que es el cemento que lo unió todo, para
que nada cambiara.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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