Pero no es
cierto que no puedan hacer nada, podrían actuar con lo que tienen porque como
dijo Lao Tse, un viaje de mil kilómetros empieza con un primer paso. Hay
alternativas para no perder la poca credibilidad que les queda.
Podrían
empezar por encarcelar a los corruptos y defraudadores confesos como el Sr.
Félix Millet. Para eso no hace falta esperar. Si el problema es que las
cárceles no están pensadas para los ricos, como le dijeron a Jordi Evole en
“Salvados”, que habiliten una o dos de las nuevas prisiones para ellos.
Si no saben
qué hacer, una solución sencilla es copiar lo que hacen nuestros socios más
avanzados. Copiar tampoco es complicado. En Gran Bretaña hace poco dimitió un
ministro por mentir en una multa de tráfico y en Alemania la ministra de
Educación acaba de dimitir por sospechas de plagio en su tesis doctoral.
También
ayudaría no indultar a condenados por delitos de corrupción o tortura.
Habría que
endurecer las penas a quienes difamen a cargos públicos sin pruebas, ya que no
puede salir tan barato calumniar a la gente, pero en compensación, se debería
apartar a los imputados de las primeras líneas de responsabilidad, simplemente
por respeto a la
ciudadanía. Cuando el Sr. Bustos vuelve a la alcaldía de
Sabadell para no perderla ¿es que los habitantes de Sabadell no tienen derecho
a tener un alcalde libre de sospecha?, ¿o es que la alcaldía es propiedad del
Sr. Bustos?
Si quieren
recuperar algo de credibilidad y dignidad democrática deben dejar de gesticular
y empezar a actuar.
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