En una lectura de
un libro infantil había un cuento que siempre me ha gustado. Habla de un
labrador que quería ir a la ciudad y, al no tener asno, fue a pedírselo a un
vecino suyo. Este no quería
prestárselo así que le dijo que no lo tenía en casa, con tan mala suerte que en aquel
momento el asno empezó a rebuznar.
- - ¿No es tu asno el que rebuzna?
- - Que tonterías dices, amigo. ¿A quién le haces más caso, al asno o a mí?
- - Al asno - le respondió –, porque su rebuzno no me engaña.
A la información
que España está dando sobre los hechos del 1-O le ocurre como al amo del asno,
pues pretende que todos le crean, por más que el mundo entero ha oído los rebuznos
y ha visto el asno atado en el establo.
Lo curioso es que
los españoles se la crean y piensen que todas las imágenes son una manipulación
de TV3 y no que salen de los miles de móviles que tanto en Cataluña como en
España llevan hoy todos los ciudadanos en el bolsillo.
Sorprende que el
Sr. Girauta se indigne porque las TV de todo el mundo coincidan con la versión
de TV3 y no con la del gobierno del Estado, y proponga sin ruborizarse censurar
a todos los medios internacionales.
Es indignante que
el Sr. Hernando minimice a 900 heridos porque a una muchacha, solo le
retorcieron los dedos en vez de rompérselos, aunque toda España la vio con el
brazo vendado después de ser agredida por unos cuerpos y fuerzas de seguridad
que tenían que protegerla.
Si el Ministerio
quisiera desmentir la versión de la violencia policial que ha salido en los
medios internacionales, solo tendría que publicar las imágenes de las cámaras
que los propios agentes llevaban colgados en el uniforme, sin embargo no lo ha
hecho. En cambio algunos agentes si han hecho una carta pública disculpándose
por las cargas efectuadas.
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