Estas últimas
semanas, viendo la reacción del gobierno del PP a la situación de Cataluña, me
he preguntado: ¿quién asesora a Rajoy?
Cuesta creer que
nadie le haya dicho que la política no es como hacer vino, que mejora con los
años de reposo, porque se corre el riesgo de que todo se pudra. Y tampoco entiendo
que nadie le haya recordado que los fuegos se apagan con agua, no con gasolina.
Sorprende que
nadie le advirtiera de que el tema catalán podía resolverlo, hasta hace 3 años,
en 24 h, con solo venir a Barcelona a ver un partido de fútbol al Camp Nou y
una entrevista de una hora con el presidente de la Generalitat mostrado un
mínimo de sensibilidad por Cataluña.
Pero no solo no
le han dicho nada de eso, sino que le han aconsejado dejar que todo se eche a
perder y después prenderle fuego, con el objetivo de captar votos en el resto
del país, gracias a una catalanofobia que tanto el PP como el PSOE han
fomentado durante décadas.
Quizá es que Rajoy
no tiene asesores, sino aduladores a su alrededor, es decir militantes del PP que
le repiten fielmente lo que quiere oír; como ha hecho con los medios de la caverna
que, a cambio de suculentas subvenciones, no dudan en mentir, manipular y
tergiversar para él.
Solo así se entiende
que todas las acciones tomadas contra el referéndum han acabado aumentando el
número de independentistas, transformando el deseo de votar en una lucha por la
dignidad y las libertades individuales, y convirtiendo un asunto interno en primera
plana de los principales diarios internacionales.
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