Tampoco es que haya que preocuparse demasiado por tales acusaciones, ya que la extrema derecha considera traidor a quien no piensa como ellos. Sin ir más lejos les recuerdo algunos sucesos parecidos.
1988. Durante el entierro de la viuda del dictador, los asistentes llamaron traidor al rey y dieron vivas a Tejero, porque para ellos entrar pistola en mano a secuestrar el Parlamento no es delito.
1981. Juan Milans del Bosch, hijo del golpista que sacó los tanques a la calle en Valencia el 23-F, dijo que el rey era “un cerdo y un inútil”. Se le condenó a un mes y un día de prisión. Quizá no lo consideraron injurias a la corona.
1975. Cuando el procurador, Fidel Carazo, pensó que era excesivo asignarle 12’5 millones de Pts. a la Sra. Carmen Polo (mientras el presidente del gobierno cobraba 8), también fue acusado de traidor y de “no ser español”.
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| Montejurra 1976. A falta de izquierdas, los fascistas se mantan entre ellos. |
El 20 de noviembre de 1960, Franco asistió a una misa por el alma de José Antonio Primo de Rivera, cuando en el silencio un falangista, Rodolfo Alonso Urdiales, le gritó: ¡Franco, eres un traidor!
Como ven, el deporte preferido de la extrema derecha es buscar traidores. Ahora tienen la excusa de la izquierda, pero cuando estaban solos se peleaban entre ellos (1942, Santuario de Begoña; 1969, Matesa; 1976, Montejurra; etc.).
La lástima es que nunca se darán cuenta de que los traidores son quienes se levantaron en armas contra España para protagonizar la Gran Traición de 1936, es decir que los traidores son y siempre han sido ellos.
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