sábado, 3 de agosto de 2024

Comunes (castellano)

Hay tantas cosas que no entiendo del sistema electoral español y catalán que cada día me parece más una solemne tomadura de pelo de los partidos políticos a la ciudadanía.

Y no me refiero solo al numerito de ERC para evitar perder sueldos, sillas y la financiación que supone para el partido el hecho de que todos los cargos nombrados a dedo “donen” agradecidamente parte de su nómina al mismo.

Me refiero a los perdedores de las elecciones, concretamente a los Comunes de Jéssica Albiach, que obtuvo un 5’82% de votos el 12 de mayo, un porcentaje que debería llevarlos o al rincón de pensar o a la papelera de la historia.

Porque cuando uno quiere dedicarse a la política y sus propuestas no llegan a la ciudadanía, lo que toca es irse con dignidad o bien retirarse a hacer autocrítica e idear como llegar mejor a los electores.

Eso es lo que ocurre en un país normal, que crea en la democracia, pero no en este, donde la política está cada vez más llena de charlatanes de feria ofreciéndonos el pito o la pelota porque si les votamos siempre nos toca.

¿Cómo puede la Sra. Albiach hacer autocrítica de su fracaso, si los otros partidos políticos se la rifan como si fuera una estrella del rock y los periodistas la llaman para entrevistarla como si hubiera descubierto la cura del cáncer? 

Sin hacer ninguna autocrítica, ¿qué podemos esperar de la Sra. Albiach y de su formación para las próximas elecciones? 

Pues que vuelvan con las mismas propuestas, supuestamente progres, centradas en el bienestar del cangrejo y en que se pinte un edificio del Eixample de color pistacho, porque creen que eso es lo que más preocupa a todos los catalanes.


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