Franco se inventó el “contubernio judeo-masónico internacional” que nadie sabía lo que era, pero a los suyos les exaltaba imaginando a la patria devorada por el monstruo de las galletas.
En la Transición la derecha cambió el contubernio por el País Vasco, a causa del fenómeno ETA. Pero, desde que la banda terrorista se disolvió, el enemigo es Cataluña.
Ahora, el pacto entre el PSOE y ERC, que toca la recaudación de impuestos, ha desencadenado las furias del infierno porque dicen que el concierto económico no entra en la Constitución.
Y digo yo: si no entrara en la Constitución, esa que los militares nos dejaron tener para que no cambiara nada de lo fundamental, no existiría tampoco para los vascos, ¿no?
La derecha histérica habla de la igualdad económica de los españoles, pero deberían explicar a qué se refieren porque en temas de dineros aquí hay tres tipos de españoles:
• Los de primera, que son los que gestionan todos sus recursos.
• Los de segunda, que son los que reciben más de lo que aportan.
• Y los de tercera, que son los que reciben menos de lo que aportan.
El País Vasco y Navarra son españoles de primera, mientras que en Cataluña somos de tercera, sin que les importe que 2/3 de niños catalanes estén en riesgo de pobreza. Solo nos quieren por los 250.000 millones que aportamos.
Por cierto, si los españoles que viven mejor son vascos y navarros por tener el concierto económico, ¿cómo es que el PP no pide el concierto para todas las CCAA?
Será por lo mismo que le pusieron un impuesto al sol, congelaron pensiones, recortaron el subsidio de desempleo y perdonaron 100.000 millones a bancos: porque el PP siempre va contra todo lo que mejore la vida de los españoles.
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