La primavera de Extremadura (marzo 1936) |
El nacionalismo español quiere hacernos creer que el
independentismo catalán es una anomalía de la modernidad, fruto de que somos
unos insolidarios supremacistas y no sé cuantos adjetivos despectivos más.
Olvidan que en el siglo XVII, en tiempo de Felip IV, ya
había intentos de separarse de España: unos con éxito, como el caso de
Portugal; y otros frustrados, como Cataluña, País Vasco, Aragón y, incluso el
duque de Medina Sidonia intentó la independencia de Andalucía.
Y más recientemente lo hizo Murcia, con el cantón de
Cartagena, en 1873; Galicia en 1931; Extremadura en marzo de 1936 o Asturias en
plena Guerra Civil, por ejemplo.
¿Les parece casualidad que a España se le hayan
independizado ya unos 30 países y que la mayoría de los territorios que comparten
sus fronteras hayan querido marcharse o estén decididos a irse lo antes
posible?
El nacionalismo castellano, más que español por lo que
estamos viendo, el libre se seguir pensando que todos esos procesos
separatistas son solo el producto de malvados antiespañoles o de herejes sin
Dios.
Pero si fueran serios y quisieran buscar algún otro motivo,
les vendría bien hacer algo de autocrítica, partiendo de la premisa de que
nadie abandona su país por poco que le permitan vivir dignamente y le traten
con un mínimo de respeto.
Si necesitan alguna pista pueden fijarse en los miles de
emigrantes que vienen a Europa, huyendo de la miseria y la represión africana,
o preguntarnos a los andaluces que tuvimos que dejar nuestra tierra por culpa del
hambre y de los caciques.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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