Emigrantes españoles años 50 |
Los políticos juegan a su antojo con los conceptos y las palabras,
unas veces en contra del uso habitual que les damos el resto de los mortales, y
otras incluso en contra del mismo sentido común, sin que lo que digan resista
una mínima crítica.
Un buen ejemplo es la palabra “irresponsable” que a veces
usan para insultar a un adversario pero que no dudaron en ponerla en la
Constitución, referida al jefe del Estado, y se quedaron tan anchos, asegurando
hacerle un favor.
Una de las palabras que se ha puesto de moda es “excluyente”,
para acusarnos a los catalanes por nuestro deseo de dejar lo que algunos consideran
el Jardín del Edén y nosotros un basurero indecente fruto de la tiranía de
Franco y de la corrupción de sus cómplices.
Harían bien en reflexionar antes de hablar, por aquello de
que “por al boca muere el pez”. La palabra “excluyente” significa, según la Real
Academia de la Lengua: que excluye, deja fuera o rechaza.
Les recuerdo que hay 1’7 millones de andaluces emigrados a
los que su tierra “excluyó”; que Galicia “deja fuera” a millones de gallegos
que tuvieron que marcharse; que el 40% de los extremeños son “rechazados” por
la tierra donde nacieron.
Y podríamos añadir los más de 150.000 asturianos que viven
fuera de Asturias, las comarcas e Aragón que han perdido hasta el 50% de su población,
los millones de castellanos emigrados, los 130.000 canarios o los más de
500.000 exiliados por la Guerra Civil.
Sin embargo más del 60% de la población catalana es fruto de
los flujos inmigratorios de este siglo, por tanto juzguen ustedes mismos
quienes son los “excluyentes”.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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