Como no hay segunda vuelta a la francesa (superar el 12’5% de votos), el partido mayoritario está avalado por menos del 30% de los votos emitidos, por más que lo celebren como un hito de la democracia universal.
Si a eso se le añade que han votado menos de un 58% de los mayores de 18 años, en realidad el partido vencedor tiene el aval de unos 2 ciudadanos de cada 10 adultos. Luego se quejan de la desafección hacia la política.
Ya tenemos 8 partidos con representación en la cámara, pero no sabremos quien es el presidente hasta dentro de varias semanas o meses, cuando se cansen de mercadear con los votos.
De los 8 partidos solo 2 o 3 tienen voluntad real de gobernar, los demás quieren tener unos pocos diputados y ser la clave de la gobernabilidad, para chantajear mientras dure la legislatura.
Cuando se logre formar gobierno su gestión estará condicionada por quien representa 0’3 o 0’5 ciudadanos de cada 10 adultos. ¿Seguro que es eso lo que queríamos cuando pedíamos democracia…?
No se puede cambiar el sistema electoral, porque en España las leyes son sagradas… Y si se cambiara, ¿dónde irían los “políticos” sin oficio ni beneficio que medran por los partidos sin tener otro sitio donde colocarse?
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