De las múltiples noticias
que aparecen cada día en los medios de comunicación, pocas acaban formando parte
de la Historia, en mayúsculas. En cambio esta semana hemos tenido un acontecimiento
que estoy seguro de que sí pasará como el final de una etapa, me estoy refiriendo a los hechos de Gamonal donde los
vecinos, hartos de una forma de hacer política caduca, rancia y que solo favorece
a los mismos políticos, a los constructores y a la gran banca, han dicho basta,
parando las obras de un bulevar que no necesitan y que no están dispuestos a
que se haga con sus dineros, mientras les cierran las guarderías y les recortan
los servicios básicos.
Los acontecimientos de
este barrio de Burgos, y sus repercusiones en todo el Estado, son de una
transcendencia fundamental porqué acabaran cambiando la forma de ejercer el poder
en este país, ya que han puesto de manifiesto que la gente está harta de que les tomen el pelo, están
cansados de que les consideren menores de edad a los que se puede manipular,
están hastiados de que les mimen durante los 15 días de la campaña electoral y les
engañen y les roben el resto de la legislatura.
La gente quiere otra ley
electoral ya que la actual nos ha llevado a tener la clase política más
mediocre de todos los países occidentales; quiere listas abiertas, para que los
diputados les escuchen y no acaten ciegamente la disciplina de voto; quiere que
los cargos de máxima responsabilidad no se puedan ejercer durante más de dos legislaturas,
como tienen incluso Senegal o Mali; pero sobre todo quiere otra forma de hacer política,
que no juegue con los dineros públicos, y que les tenga más en cuenta en aquellas
decisiones que les afectan más directamente.
La democracia representativa
fue una gran solución, cuando las comunicaciones eran lentas y la información
tardaba mucho en llegar a todas partes, pero en pleno siglo XXI, con los medios
de comunicación, con Internet y con la revolución tecnológica, que nos permite
acceder a la información al mismo tiempo que los políticos, no tiene sentido
que ellos sean los únicos que tomen las decisiones, principalmente porque la
gente confía más en su propia capacidad para decidir cómo han de funcionar las
instituciones, el Gobierno y las corporaciones, sobre todo después de ver algunas
gestiones plagadas de irregularidades, tráfico de influencias, corrupción y
despilfarro.
Lo que pone de manifiesto
Gamonal es el final de una etapa, de unos políticos y de una manera de hacer política.
Quien quiera sobrevivir tendrá que cambiar, en caso contrario, el futuro le pasará
por encima.
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