Además ahora la sentencia sobre los bebés robados nos ha echo
sentir una profunda vergüenza de que en este país ocurrieran esas cosas, y de
que el Dr. Vela haya sido puesto en libertad, a pesar de quedar probado que fue
uno de los autores de las mismas.
Hay delitos que no deberían prescribir, como los crímenes
contra la humanidad y ¿acaso hay algo menos humano que quitarle un recién
nacido a una madre que acaba de parir?
Un asesinato se puede cometer en un segundo de perder la
cabeza, pero una red para robar bebés a sus padres y dárselos a otras personas,
supone la implicación de mucha gente: médicos, enfermeras, comadronas, administrativos,
monjas, curas, etc.
Además, para hacerlo durante décadas se requiere un buen soporte
institucional: registro de ingresos en la maternidad, certificados falsos de
defunción, registros falsos de entierro, partidas falsas de nacimiento,
registro civil, además del silencio de mucha gente.
En Argentina, donde también se dio esa monstruosidad durante
la dictadura, las abuelas de la Plaza de Mayo pudieron darle visibilidad tras
juzgar a las cúpulas militares y mandarlas a prisión.
En España, donde el fascismo nunca pidió perdón ni fue
juzgado, y sigue ocupando los entresijos del poder, no ha sido posible esa
visualización, y la sentencia absolutoria del Dr. Vela, junto a la condena de
prisión a la niña robada Ascensión López, deja claro que no están dispuestos a
importunar a tantas “personas de bien”.
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS
VIVA LA REPÚBLICA
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