La ventaja de tener políticos de verdad, hombres de estado,
responsables y con proyectos importantes, es que saben que la política puede
mejorar la vida de las personas, aunque para lograrlo deban adaptarse a los cambios
o sortear leyes obsoletas e injustas.
Adolfo Suárez era de esa clase de políticos, por eso no dudó
en legalizar el Partido Comunista y entrevistarse con Tarradellas, cuando tanto
el PC como la Generalitat eran ilegales, y en contra de la opinión de todos,
para consolidar una transición esencial en nuestro futuro.
En cambio, el problema de tener a mediocres que entran en un
partido como salida profesional, pero que no tienen formación, ni
responsabilidad, ni proyecto, ni liderazgo, es que son incapaces de entender
que la política es algo más que su propia forma de vida.
Por eso algunos se han enfadado por una entrevista que TVE
le ha hecho en prisión al Sr. Junqueras, porque se sale de ese guion que dice
que a los españoles hay que mentirles u ocultarles las cosas para que piensen
poco, y así ellos puedan aguantar mejor.
Lo curioso de esos sujetos metidos a políticos es que, como
les reímos las gracias y hasta les regalamos masters para que disimulen su falta
de formación, llegan a creerse que con el carnet del partido les viene un plus de
simpatía, inteligencia y sentido de estado, y de eso nada.
Si hasta para enseñarles a los niños a esquiar buscamos al
mejor entrenador, no entiendo que para administrar el país y nuestro futuro nos
conformemos con cualquier charlatán iletrado.
VIVA LA REPÚBLICA
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS
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