La política española se caracteriza, a parte de por la
nefasta gestión, por la falta de autocrítica, que es la manera de enquistar los
problemas y no resolverlos, al contrario de lo que ocurre en las empresas donde,
si no lo revisas todo estás condenado.
Lo digo porque el 2 de octubre, todos los políticos y medios
españoles, esos que aseguran no ser nacionalistas, lamentan la conmemoración en
Cataluña del 1-O, olvidando que todas las decisiones que tomamos, y la política
no puede ser menos, tienen consecuencias.
Ya no recuerdan que el proceso lo empezó el PP y el TC con la
recogida de firmas y la sentencia contra el Estatut, cuando ya lo habían votado
los catalanes, despreciando la soberanía popular catalana y destruyendo el sistema
constitucional de aprobar estatutos.
El 1-O vinieron a castigarnos por querer votar, a pesar de
que votando es como se resuelven los conflictos en democracia, y lo hicieron
pegándole a nuestras madres y abuelas, ¿de verdad esperaban que les pusiéramos
una alfombra roja o lo hubiéramos olvidado?
El 1-O el estado decidió romper España, echando fuera a Catalunya,
lo decidió solo y no dudó en hacerlo de manera clara y contundente, ante las
cámaras de TV de todo el mundo que nos miraba. Y el 3-O lo ratificó el jefe del
estado. ¿De qué se lamentan ahora?
Puedo aceptar que Cataluña les moleste o que quieran
echarnos por hablar dos lenguas, pero no puedo aceptar que tiren la piedra y
escondan la mano. El culpable de que Cataluña esté como está es del estado y de
su política clara contra todo lo que es catalán.
Por eso ahora los catalanes debemos decidir si queremos quedarnos
en un lugar donde no nos quieren, y donde ya nos han dicho que nos trataran como
a súbditos de tercera, o si queremos ser ciudadanos libres en una república nueva.
VIVA LA REPÚBLICA
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS
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