La paz franquista |
En el debate sobre el proceso catalán se nos acusa a los
independentistas de asegurar que toda España es franquista, lo cual es falso.
La prueba de que España no es franquista es que a Franco le
costó tres años de guerra y más de medio millón de muertos instaurar su
dictadura, que solo pudo mantener reprimiendo y asesinando durante 40 años.
Otra cosa es que el aparato creado por el franquismo sigue vivo
y controlando el Estado tras una transición en la que, bajo el chantaje de un
nuevo golpe militar, se aseguraba la continuidad gracias a la constitución y la
corona.
Descartado que el país sea franquista, hay que preguntarse
si es la democracia moderna y madura que pretenden hacernos creer, precisamente
los herederos y cómplices del dictador
Para empezar, la mayor virtud de la democracia no es la
capacidad de elegir a sus líderes, sino la de echarles cuando convenga, pero a
la corona no se la puede echar.
La democracia supone respeto a las leyes, a todas. Este Estado,
que legitimó un régimen ilícito, se ha saltado todos los tratados internacionales
firmados que no le son favorables y ha vulnerado sus propias leyes orgánicas,
como los dos últimos Estatuts catalanes.
Las democracias solucionan sus problemas hablando y
escuchando a la gente, así lo ha hecho Canadá con el Quebec e Inglaterra con
Escocia. En cambio España ha demonizado los referéndums (después de
despenalizarlos), ha reprimido, prohibido y encarcelado.
En democracia se respeta la soberanía popular expresada en
las urnas. Aquí se alteran sistemáticamente los resultados electorales con
pactos indecentes y ahora los jueces impiden que los cargos electos incómodos
puedan representar a sus votantes.
España no es franquista, ¿pero es una democracia?
ACUSO AL ESTADO POR LA FARSA DEL JUICIO AL INDEPENDENTISMO
VIVA LA REPÚBLICA
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS
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