La metamorfosis de las ranas es un proceso interesante ya
que nacen, como renacuajos, con cola pero sin patas, y acaban con cuatro patas
y ni rastro de cola.
Lo mismo le ha pasado al PSC-PSOE, que nació de izquierdas, marxista,
ecologista, defensor de los trabajadores y del derecho a la autodeterminación,
es decir, con una magnífica cola, pero sin brazos mientras no tuvo nada que coger.
Pero en cuanto tuvo oportunidad de agarrar algo (ministerios,
ayuntamientos, consejos de administración y otras prebendas) le salieron unos espléndidos brazos mientras perdían la fabulosa cola.
A diferencia de la rana, esta transformación no está en su
ADN, por eso desconcierta a cuantos le ha visto antes y le ve ahora, incluida
mucha gente de izquierdas de verdad que se siente huérfana o traicionada.
El cambio tiene una explicación muy simple. Antes de 1975
los militantes eran luchadores por la libertad, demócratas convencidos, porque
había que estar muy seguro para jugarse el tipo ante los Grises y exponerse a
las torturas de un Billy el Niño cualquiera.
Con la muerte del dictador, los cómplices de la dictadura se
repartieron entre los dos partidos con más posibilidades de ocupar cargos, así
que la mitad fueron al PP y la otra mitad al PSOE, por eso ambos coinciden en
el modelo de Estado.
Así se explica que no se condene el franquismo, que se
proteja a la banca y las grandes corporaciones en contra de los ciudadanos, que
se apoye una monarquía ilegítima o que se renuncie al derecho a la autodeterminación.
Incluso presumen de sus raíces fascistas: ¿recuerdan lo orgulloso que estaba José Bono de que su padre era falangista? Busquen un ministro alemán que diga en público estar orgullos de que su padre era de las SS.
ACUSO AL ESTADO POR LA PERSECUCIÓN
AL INDEPENDENTISMO
LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS
VIVA LA REPÚBLICA
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