El 21-D tenemos
una obligación, la de decidir qué queremos para nuestro futuro, porque si no lo
hacemos, otros decidirán por nosotros. Y no solo decidirán lo que pueda ocurrir
en la próxima legislatura sino durante la próxima década, por lo menos.
Debemos escoger entre
devolver la dignidad a Cataluña, restituyendo el gobierno elegido por los
ciudadanos o seguir con un 155 impuesto por quien no hemos votado, porque
aunque retiren el nombre, seguirán con censura, represión, manipulación y ahogo
económico.
Tenemos que decidir
si queremos volver al único régimen legítimo que ha habido en España desde que
empezó el siglo XX, la república, o perpetuar una monarquía postfranquista que
nadie votó y que, tras 40 años de transición, no se atreve a preguntarnos si la
queremos.
Hay que elegir
entre ser ciudadanos libres de un país soberano o aceptar el proceso contra Cataluña, sus instituciones,
su clase política, su lengua, su cultura, sus ciudadanos, su economía y su forma
de vida, que harán para aprisionarnos durante más de una generación.
Debemos decir si
preferimos la modernidad y el progreso que ofrece el siglo XXI o volver al
nacionalcatolicismo como quiere el PP, que seguirá en el poder después de
eliminar la oposición con las luchas de la izquierda, con Ciudadanos como marca
blanca para darle soporte a cambio de algún cargo y con un electorado que no
pasa factura por la corrupción.
Tenemos que optar
entre hacer un país para las personas, potenciando la economía, reduciendo el
paro, favoreciendo las energías renovables, protegiendo a los más
desfavorecidos, como ha intentado el Govern de la Generalitat destituido
ilegalmente, o seguir en una España que solo gobierna para las élites y la
casta política que hace siglos que ostenta el poder, y que solo ofrece el mismo
paro de siempre y más pobreza y corrupción cada día.
¡¡¡ VIVA LA REPÚBLICA!!!
¡¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!!
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