Finalmente el Estado
ha optado por cerrar las delegaciones de la Generalitat en el exterior, las mal
llamadas embajadas catalanas.
En un país donde
los recursos públicos se usan por intereses partidistas o electorales, despreciando
sus consecuencias económicas (AVE y aeropuertos), o para evitar los fiascos de
los amigos (Castor), es normal que no se entienda la generación de riqueza.
Y si ese país tiene
una concepción decimonónica de la diplomacia, por haber vivido durante siglos
aislado del mundo, temiendo cualquier indicio de progreso, aún más.
Por eso no han
comprendido que nunca fueron embajadas, sino delegaciones comerciales gracias a
las cuales Cataluña ha logrado las mayores exportaciones de su historia, las mejores
cifras de inversión extrangera que se recuerdan y recibido más turistas que nunca.
Hacían falta para
el comercio y la generación de riqueza, en beneficio de todos, incluida España.
Por eso aún quedan abiertas unas 100 del resto de CCAA.
¡¡¡ VIVA LA REPÚBLICA!!!
¡¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!!
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