A la comida de
empresa de Navidad han venido también contratados externos que participan en los
proyectos. Me siento al lado de José Luís, un madrileño que está acabando un
trabajo de control de calidad, de 6 meses.
Como estamos a 3
días del 21-D se habla de la independencia. Asegura que lo que más le ha sorprendido
es la determinación de tantos jóvenes a favor del proceso y se pregunta cómo
hará España para recuperarlos y si tal cosa es posible.
Le comento que
esos jóvenes, que ahora piensan en su futuro, tienen que escoger entre dos
alternativas.
La primera supone
hacer un país nuevo, una república de ciudadanos libres e iguales, que tiene en
cartera 28 leyes de protección a las personas: las que ha tumbado el TC y que,
en caso de desplegarlas, supondrían un nivel de bienestar equiparable a los
países nórdicos.
Además, según
muchos economistas, ese país no solo es viable sino que puede ser de los más
ricos de Europa. El diario ABC asegura que si Cataluña tuviera el cupo vasco
tendría 20.000 M€ anuales más y crearía 200.000 puestos de trabajo, dejando el
paro en el 6%.
Un país de gente
alegre, pacífica, imaginativa (solo hay que ver como se escondieron las urnas
el 1-O), con iniciativa, solidaria (como muestra cada año La Marató) y amantes
de la cultura.
La segunda
alternativa es seguir siendo súbditos de una monarquía posfranquista, gobernada
por una clase corrupta que nos ha arruinado en beneficio de unas élites
caciquiles incapaces de crear riqueza y mucho menos de compartirla.
Un país que ha
olvidado a las personas, anquilosado (la respuesta siempre es “no”), sin ilusión,
sin proyectos (después de 30 años no tenemos corredor Mediterráneo), incapaz de
aprovechar sus grandes potencialidades (impuestos al sol) y con el mayor paro
de Europa.
¡¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!!
¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!!
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