Nunca traeremos vergüenza sobre nuestra ciudad mediante
actos de deshonestidad o cobardía.
Lucharemos por los ideales y las cosas sagradas de la
ciudad, tanto individualmente como en grupo.
Reverenciaremos y obedeceremos las leyes de la ciudad, y
haremos todo lo posible para alentar la reverencia y el respeto en quienes estén
por encima de nosotros y sean propensos a soslayarlas o desobedecerlas.
Lucharemos sin cesar para agudizar el sentido del deber cívico
en el pueblo.
De esta manera legaremos una ciudad aún más grande y esplendorosa
que la que hemos recibido.
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