martes, 27 de julio de 2021

El Tribunal de Cuentas (castellano)

¿Recuerdan aquello de que la mujer del César además de ser honesta, debe parecerlo? La Justicia debería ser igual y también el “Tribunal de Cuentas”, cuya función es fiscalizar los gastos de la administración, es decir el dinero de todos.

Sin embargo ese mal llamado “Tribunal” dista mucho de cumplir el precepto. Para empezar porque es nombrado a dedo por el PPSOE, lo que elimina su independencia (hecho denunciado por el TS) y le hace acreedor de favores recibidos.

A nadie puede extrañar que en esas condiciones sus miembros sean afines a los partidos, hasta el punto de que parece un aparcadero para parientes de políticos que no se sabe dónde colocar (el hermano de Aznar, hijos de ex ministros, etc.).

Ser nombrados a dedo debe hacerles creer que el nepotismo no tiene nada de malo porque ellos han colocado, también a dedo, a más de 100 familiares (casi un 15% de la plantilla), un escándalo inadmisible en cualquier país serio.

Ese “Tribunal” no se ha manifestado ante las denuncias de corrupción que medio mundo atribuyen al rey emérito; ni ante la corrupción del PP; y le perdonó a Ana Botella la multa de 22 millones por vender 1.860 pisos de protección oficial a un fondo buitre.

Pero ahora pide más de 5 millones a los políticos independentistas, aunque quien controlaba las cuentas de la Generalitat, que era el Estado, ya dijo por boca de su ministro de Economía (Montoro) y de su presidente (Rajoy) que ni un euro público se usó para el 1-O ni el 9-N.

No se alarmen ante tal ensañamiento contra el independentismo, al fin y al cabo sus miembros son herederos de un régimen que asesinó,  encarceló, expropio y exilió a los adversarios políticos para robarles sus propiedades y ocupaciones.

BASTA DE REPRESIÓN

AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS

AUTODETERMINACIÓN

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