sábado, 3 de septiembre de 2016

El plan de Rajoy (Castellano)

Quizá después de todo Rajoy sí tenga un plan, pero no un plan para mejorar el país, acabar con el paro o traernos prosperidad, sino para regenerar su imagen personal y perpetuar al PP en el gobierno durante años.

¿A nadie le sorprende que en esta investidura el presidente en funciones haya hecho todo lo posible para enfadar a toda la cámara, incluidos sus recientes aliados? ¿Acaso no sabía que con ello íbamos a las terceras elecciones aunque, según dicen, nadie las desea?

Si hay terceras elecciones es más que probable que Rajoy las vuelva a ganar, sobre todo porque la derecha, más disciplinada, seguirá votando al PP; mientras que las izquierdas, más fragmentadas y con luchas intestinas, volverán a perderlas ellas solitas.

¿Y qué ocurrirá cuando Rajoy les haya ganado por tercera vez consecutiva? Que el mundo le verá como el mártir de unas izquierdas tan intolerantes y poco democráticas, que hay que ganarles tres veces para que acepten los resultados de las urnas. 

El ridículo será tan monumental que a sus líderes, con la credibilidad por los suelos y sin proyectos, porque si los tuvieran nos los habrían explicado, no les quedará más opción que dimitir.

Tendrán que buscar nuevos liderazgos, con una visión más nítida del país, que hagan un proyecto atractivo al electorado, en vez de quedarse en los eslóganes y en las campañas del miedo. Eso les costará años en los que el PP podrá gobernar a sus anchas.


Lo más lamentable es que la regeneración de Rajoy, es decir el paso de ser considerado un político mediocre, incompetente y sospechoso de corrupción, a un mártir de la intransigencia hispana, no será mérito suyo sino de la miopía de sus oponentes.

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