jueves, 17 de septiembre de 2015

Sutilezas de la política internacional

La política internacional siempre me ha parecido la más sibilina de todas las profesiones, permanentemente ajustada a un guion para no molestar al interlocutor, aunque sea un dictador indeseable. 

Digo esto a raíz de la entrada, en la campaña electoral del 27 de septiembre en Catalunya, de pesos pesados como Cameron, Merkel u Obama, de la mano del estado español, para certificar que son sólo unas elecciones autonómicas corrientes y molientes.

Me sorprende que en Madrid se sientan como un niño con zapatos nuevos por declaraciones ajustadas al guion, que no significan nada. ¿Podrían haber dicho otra cosa?

Cameron, por ejemplo, le podría haber recordado a Rajoy: si fueras más demócrata y algo más inteligente, habrías permitido el referéndum cuando lo pidieron hace tres años, como hice yo, habría salido el NO, como en Escocia, y ahora no estarías en este lío. Pero claro, una falta de tacto de ese calibre es imposible para la flema británica.

¿Y Merkel, podía haber dicho algo como: si España no fuera tan voraz en su deseo recaudador y no les quitara más del 4% del PIB, como marca la ley en Alemania, no se habrían rebotado? Dudo que la cancillera le soltara una reprimenda de tal magnitud en la misma Moncloa, por más teutónica que sea.   

Rosa Parks en un autobús. Montgomery 1955. 
Más curioso es el caso de Obama que hace tales declaraciones, no ante alguien que ha salido elegido en las urnas, sino ante el sucesor de quien impuso a dedo un dictador fascista aliado de Hitler. Además sabe que es un gobierno con el cual Rosa Parks habría seguido sentándose en la parte trasera del autobús, porque lo mandan las leyes, y el mismo Obama estaría recogiendo algodón en una plantación esclavista del sur. Sutilezas de la política internacional. 

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