viernes, 27 de mayo de 2016

El monumento de Tortosa (Castellano)

Mi padre (QEPD) me explicaba que, en los años duros de la dictadura, en Andalucía y seguro que en otros lugares de la piel de toro, la iglesia repartía leche en polvo entre los parroquianos que participaban de la liturgia y rezaban el padrenuestro.

Me aseguraba que él no fue nunca y que siempre prefirió venir a trabajar al Norte, como se decía entonces, antes que aceptar la caridad de una institución colaboradora en el golpe de estado y que era un instrumento básico de la sumisión del pueblo.

Pero la “leche del cura”, como siempre le había oído decir, fue suministrada a muchas personas de buena fe que no le vieron estas connotaciones. Son opciones individuales que se toman según cada persona, momento y lugar.

De la misma manera muchos ayuntamientos decidieron, de buena fe, levantar monumentos a los caídos de un solo bando de la guerra civil o hacer a Franco alcalde honorífico y perpetuo de la localidad. Opciones de gente adulta y responsable.

Una vez llegada la democracia, los ayuntamientos más implicados con los valores de la libertad, y en contra de lo que representaba el fascismo, fueron cambiando los monumentos, los convirtieron en homenajes a todos los caídos en la infame guerra civil y derogaron los honores perpetuos al dictador.

Digo esto porque estoy harto de oír hablar del monumento franquista de Tortosa, que también hizo a Franco alcalde perpetuo. Han tenido décadas para cambiarlo, para hacer caer un día la cruz, otro el águila y convertirlo en otra cosa, y no lo han hecho, porqué voluntariamente no han querido.

No me importa que no lo hayan cambiado, sus motivos tendrán pero, por favor, que no nos molesten más con tertulias, supuestamente serias, de un tema local interno del municipio, que podrían haber resuelto hace 30 años y no lo han hecho ve a saber porque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario