La Justicia al revés (castellano)

Es curioso que ahora los políticos de izquierdas se escandalicen por el funcionamiento de la Justicia, cuando lo único que tenían que hacer era preguntarse de donde viene la cúpula judicial de este país.

Porque viene de aquella aberración jurídica de la postguerra que, Serrano Suñer, el cuñadísimo de Franco, calificó de “Justicia al revés”.

Con tal perversión se consideraron culpables de “rebelión militar” a los que se habían opuesto al golpe de estado. Y las actividades políticas o sindicales de la izquierda, desde 1934, se englobaron en el delito de “adhesión a la rebelión militar».

A los acusados se les negaba la posibilidad de defenderse. Se juzgaba en bloque a presos acusados de delitos diferentes. La fiscalía se limitaba a la lectura del acta de acusación, sin aportar pruebas.

No se permitía llamar a testigos ni presentar pruebas. Y, por supuesto, no se podía apelar. La ley era un mecanismo de extorsión que no solo castigaba a los vencidos sino que les hacía pagar el coste de la guerra que los golpistas habían provocado.

En esas condiciones se dictaron miles de sentencias (incluidas la ejecución de más de 80.000 españoles), que no han sido anuladas para no poner en duda el funcionamiento de uno de los pilares del Estado.

Los jueces que aceptaron aquella burla a la Justicia, para sostener un régimen criminal, eran tan responsables como los que empuñaron las armas contra el país, y fueron necesarios para sostenerlo durante décadas.

Y ahora, cuando hay que renovar la cúpula judicial, por el cambio generacional, se niegan a irse porque quieren seguir controlando la política y saben que no habrá magistrados dispuestos a continuar la aberración jurídica que ellos abrazaron.