domingo, 21 de junio de 2015

Tristeza (Castellano)

El 17 de junio asistí al pleno monográfico de Salud del Parlament, donde pensaba que hablarían de cómo mejorar la sanidad, pero solo vi un ejercicio de desgastar al contrario por todos los medios: mentiras y medias verdades, manipulación y tergiversación, acusaciones sin pruebas y un desprecio que rayaba el odio. 

Oí cosas que nunca habría creído, como que los enfermos psiquiátricos están atados y se les aplican electrochoques sistemáticamente o que el gobierno se ha inventado la difteria de Olot.

Más lamentable fue escuchar a los partidos que nos han hipotecado durante generaciones, asegurar que el dinero no tiene importancia a la hora de prestar un servicio público. O al PP asegurando que no es relevante que el dinero se vaya a Madrid y no vuelva.

El momento más vergonzoso fue cuando se despreció al conseller Mas Colell por haber ido a Chicago a recibir un doctorado Honoris Causa. Cualquier persona que no esté orgullosa de que el país tenga un reconocimiento así solo puede ser una iletrada. 

Otros proponían cambiarlo todo de raíz, sin aclarar la alternativa, en un discurso con un tono que desprendía odio a todo y a todos. Uno se pregunta de dónde sacan tanto odio una gente nacida en democracia, que no han vivido ninguna guerra ni dictadura.

 Para acabar una pregunta: ¿Han visto cómo van vestidos los jugadores del Barça o del Español cuando representan al club? Pues en el Parlament algunos piensan que nos pueden representar en bambas y camiseta, porque a nadie se le ha ocurrido hacer un manual de buenas maneras, como si el pueblo catalán no fuera más importante que un club de fútbol. 

Estoy triste porque aún no sé qué hemos hecho mal para darles a entender que queremos una política de un tono tan bajo y que nos pueden tener tan poco respeto a los ciudadanos.

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