
Es coherente porque, a diferencia de otros que dan bandazos
a ver qué votos captan (como Ciudadanos o el PSOE), VOX es lo que es: un
partido fascista que quiere volver a los años 40, que consideran maravillosos.
Por eso en política proponen una tiranía de palo y
represión; a nivel social, la mujer en casa y con la pata quebrada; en
educación, el nacional catolicismo; a nivel internacional, el aislamiento
estricto; y a nivel económico, una élite privilegiada a expensas del resto del
país.
Para lograr sus objetivos, tras descartar el golpe de estado,
complicado entre la UE y la OTAN, buscan el voto a base de meterle miedo en el
cuerpo a los ciudadanos, para lo cual tienen dos herramientas: buscar culpables
y airear catástrofes.
Los culpables propicios son los inmigrantes, a los que
acusan de quitarnos el trabajo y generar paro. Olvidan que España nunca ha dado
trabajo a todos sus habitantes y que el paro solo ha bajado cuando hemos
expulsado a los desocupados fuera de nuestras fronteras.
También somos culpables los independentistas, por la amenaza
de romper España. Es inútil recordarles que el país no es una porcelana y que a
los catalanes nos ha echado el TC, con la sentencia del Estatut; y el gobierno, con sus abusos
y represión.
La última catástrofe que se han inventado, el pin parental,
supone que si los padres dejan a sus hijos en escuelas públicas les contagiarán
la homosexualidad, por eso proponen llevarles a escuelas de la Iglesia aunque
estén en manos de pederastas.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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