Dicen que la Gran Traición del 1936, fue por la “patria”, y la disfrazaron de Cruzada contra las hordas rojas, para justificar la masacre de más de medio millón de compatriotas (porque allí no había rojo alguno, sino solo españoles).
Por la “patria” se reprimió durante la dictadura, lo que supuso el asesinato de varios miles más y se dictaron unas 80.000 sentencias contra disidentes políticos, que serían ilegales en cualquier país decente.
Por la “patria” la corona traicionó la línea sucesoria, a cambio de mantener el franquismo sin Franco y dejar impunes los crímenes de la dictadura, para vergüenza eterna.
Por la “patria” crearon las cloacas del estado, desde antes de la muerte del dictador y, aunque ahora espíen a independentistas, antes espiaron incluso al rey.
Cuando a Galindo le ascendieron a general, tras asesinar y enterrar en cal viva a Lasa y Zabala, declaró que lo había hecho “por la patria”. Cuando Tejero enteró en el Parlamento, pistola en mano, lo hizo también “por la patria”.
Es un lema que les permite crear los GAL, hacer la guerra sucia, secuestrar mendigos en la operación Mengele del CESID, recortar libertades, pervertir el estado de derecho y hasta golpear ancianas mientras iban a votar el 1-O.
Por eso muchos no nos identificamos con esta “patria” impuesta ilegalmente por golpistas, mentirosos y represores.
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