lunes, 29 de agosto de 2022

Retos del futuro (castellano)

Hablo con un joven emprendedor, que ha creado una empresa de servicios para universidades: intranet para el campus, análisis de potencial del alumnado, detección de factores de riesgo en el profesorado, etc.

Comentamos los cambios que se avecinan, o que ya tenemos aquí, y que se  incrementarán exponencialmente con la informática, la genómica, la medicina personalizada, la biotecnología, etc.

Analizamos las consecuencias de los hándicaps de todo tipo que ello traerá consigo, por ejemplo, como los dilemas éticos no los resuelven los ingenieros, entre las profesiones más buscadas en Silicon Valley están los licenciados en humanidades o filosofía.

Coincidimos en la necesidad de una buena legislación que regule estos ámbitos, a sabiendas de la dificultad que supone, ya que la tecnología siempre va, y seguirá yendo, más de prisa que las leyes.

Lástima que nuestros políticos, ajenos a estos temas, prefieran hurgar en los viejos mantras populistas, por eso cada legislatura hacen una nueva ley de enseñanza, debaten sobre la ley de aborto y del matrimonio homosexual.

¿Cuánto nos ha costado que los 400 diputados discutan, legislatura tras legislatura, sobre esas mismas normas, mientras aspectos que marcarán nuestro futuro en los próximos años, siguen en el limbo de los justos?

Claro que para enfrentarse a estos retos harían falta asesores informáticos, humanistas, filósofos, sociólogos, genetistas, abogados, etc., que quieran avanzar al margen de las luchas partidistas.

Y todos sabemos que nuestros políticos prefieren otro tipo de asesores, concretamente los aduladores del partido colocados para que cobren un sueldo, que no lograrían por mérito propio.


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