El timo de la electricidad (castellano)

Hace semanas que los precios de la electricidad no paran de subir, incluso llegan a niveles record el mismo día que entran en vigor ayudas que pretenden controlarlos, echando por tierra las esperanzas de darle un respiro, aunque sea mínimo, a los consumidores.

Ello supone verter ríos de tinta y emitir horas de tertulias, de sesudos comentaristas, explicando con complejas teorías económicas, las razones del incremento de precios que, a mi modo de ver, tienen unas causas muy sencillas.

Cuando adoptamos el Euro, se permitió que lo que un día costaba 100 pesetas, al día siguiente costara 1 Euro, es decir, un incremento del 66%, lo que envió un mensaje claro de que se nos podía tomar el pelo tranquilamente.

En la crisis bancaria se lanzó el mismo mensaje, ya que no se pidieron responsabilidades y los mismos que la habían creado siguieron en sus cargos, administrando el rescate de la banca con el dinero de todos. 

No toda Europa actuó así, Islandia no puso dinero para rescatar bancos fraudulentos, les dejó caer y encarceló a 38 banqueros, en un mensaje claro de que los cargos comportan responsabilidades. 

Los resultados cantan por sí mismos, mientras en Islandia la banca se ha reforzado y hoy es más sólida y solvente; en España no han devuelto el rescate, presionan a la Justicia para cambiar sentencias y aún presumen de ser grandes gestores.

Lo que nos pasa es el resultado de dejar impunes las tomaduras de pelo, y ahora lo hace la electricidad, que calcula su tarifa en función del producto más caro usado en su fabricación. Un timo como si nos cobraran toda la cesta de la compra al precio del producto más caro.