lunes, 19 de junio de 2023

Cordón sanitario (castellano)

Tras las elecciones municipales, todos los partidos empezaron a hablar de hacer un cordón sanitario para impedir que la extrema derecha entrara en las instituciones.

“Cordón sanitario” es el término que usó eufemísticamente la monarquía absolutista española para cerrar el país a las ideas de la Ilustración francesa, que cuestionaban el Antiguo Régimen y acabaron en la Revolución y posterior decapitación de Luís XVI.

Se trata de un término retrógrado y excluyente, que ningún demócrata, que crea que la soberanía popular tiene algún valor, debería usar porque los resultados de las elecciones no deberían cocinarse entre perdedores sino acatarse con respeto y humildad.

No estoy defendiendo a la extrema derecha, Dios me libre, pero si se pierden las elecciones ante un partido racista, machista, clasista y que defiende solo a la clase privilegiada, hay que preguntarse qué se está haciendo mal, no hacer un pacto para burlar los resultados.

Con nuestro sistema electoral, que permite la unión de perdedores contra el ganador, ningún partido tiene incentivos para buscar buenos candidatos, para hacer propuestas interesantes y, mucho menos, para reflexionar sobre porque los electores no les votan.

Viven en un mundo propio, creyéndose fabulosos por lograr en los despachos lo que no han logrado en las urnas, sin importarles el país ni las instituciones, lo que les interesa es que este sistema perverso no cambie porque es el único hecho a la medida de su mediocridad.

Y como no hemos aprendido nada de la historia, ni del atraso que supuso para el país aquel primer “cordón sanitario”, ahora lo hemos repetido, pero no contra VOX, que forma parte del sistema, sino contra quien amenaza al Régimen del 78: el independentismo catalán.


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