Sra. Vicepresidenta
Me dirijo a usted porque les veo confundidos respecto a la
actual situación de Cataluña, así que le explicaré los motivos por los que hay tantos
independentistas, empezando por mí mismo. Nací en Málaga y llegué a esta tierra
en el año 1962, con tres años. Nunca fui independentista y además quiero a
España, donde aún tengo bastante familia.
Fueron las actuaciones del españolismo radical, empezando
por el recorte del Estatut, y por tanto el menosprecio a la voluntad del pueblo
catalán y a todos sus representantes, lo que me hicieron empezar a abrazar la
idea independentista. Después la voracidad insaciable del Estado me hizo tomar
consciencia de que en España hay tres tipos de ciudadanos:
·
- Los de primera, que son los vascos y navarros, que gestionan sus impuestos y dan lo que les sobra.
- · Los de segunda, que son los receptores netos de subvenciones, como Extremadura, especializada en poner la mano para que les den hasta el 30% de su “riqueza”, sin preguntar de donde sale el dinero ni dar las gracias.
- · Y los de tercera, que somos los pagadores netos, entre los cuales estamos los catalanes. Aportamos casi el 9% de nuestro PIB (en Alemania esta cifra está limitada al 4%), recibimos una miseria, pagamos por todo y además no nos hacen las infraestructuras que el Estado necesita (la Nacional II, el Corredor Mediterráneo, etc.) porque algún iluminado piensa que son infraestructuras “para” Cataluña, sin entender la competitividad que la situación actual nos resta a todos los españoles.
Lo más gracioso es que los únicos que somos considerados
insolidarios somos los catalanes, cuando todos los demás tienen cláusulas en
sus estatutos que exigen tener cualquier cosa que consigamos nosotros, una
situación producto de aquella alta política económica que se resume en el “café para todos”.
Aunque le parezca raro en política, como en el matrimonio
o en la paternidad, el respeto hay que ganárselo y el problema es que el Estado
español no se lo ha ganado de ninguna de las regiones que lo componen:
- · A los más productivos nos ha maltratado con unas cargas que ponen en peligro no solo nuestro desarrollo económico sino el de toda España.
- · En las zonas menos desarrolladas no se ha creado una economía sólida, sino que se han limitado a cambiar votos por subvenciones, sin duda porque hacer las reformas que esos territorios necesitan es más complejo. El resultado es de una aparente prosperidad, aunque la realidad es que sin subvenciones media España seguiría tan anclada en la miseria como cuando mis padres decidieron emigrar.
- · Por lo que se refiere a las personas España nunca ha protegido a la mayoría de sus ciudadanos (de hecho ustedes están atentando contra los enfermos de cáncer, los individuos dependientes y los parados) mientras protegen sólo a especuladores y a defraudadores, así que pueden alardear de españolismo pero el suyo es un patriotismo de pacotilla que dice amar a España pero sin amar ni al país ni a los españoles.
- · En España no hay ni un proyecto serio de país, al margen de hacer el gran Madrid (al que contribuye la creación de los AVE y el macro-casino del Sr. Adelson).
- · Ni siquiera tienen en mente los proyectos que les pide Europa entera como el Corredor Mediterráneo y aún menos los que suponen iniciativas propias como la independencia energética o las de-saladoras para alejar el fantasma de la sequía.
En lo que se refiere a Cataluña no entienden nada de lo
que está pasando porque creen que es simplemente un calentón de verano, que se
resolverá con cualquier concesión política, pero le diré algo: lo único que
esperamos los catalanes de la política estatal es saber el “como”, porque el “qué” (ser independientes) y el “porqué”
(por ser tratados como una colonia) ya lo tenemos claro.
Si quieren entender el proceso le recomiendo que se
olvide de la política y lo enfoque como un caso de separación conyugal, por
ejemplo viendo la excelente película “El color púrpura” de Steven Spielberg, donde
el protagonista Danny Glover, se ríe primero de su esposa (Whoopi Goldberg) y
después la amenaza: “¿Dónde vas a ir tu
siendo mujer, negra y fea?” ¿Recuerda la película? Pues en Cataluña muchos ya se sienten como la
protagonista de aquella historia: prefieren estar fuera de la Unión Europea
pero ser libres, que seguir en España.
Eso es lo que la Sra. Alicia Sánchez Camacho ha intentado
explicarles y ustedes, como el marido de la película, no han querido escucharla
porqué piensan que nada cambiará ya que están convencidos de que a lo máximo que
se puede aspirar en este mundo es a gritar “soy
español”, ver a “la roja” en TV y
participar en el “toro de la Vega”. Su
miopía política y su estrechez mental es tan profunda que, no solo está
garantizada la independencia de Cataluña, sino que lograran acabar con España
por méritos propios.
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