domingo, 12 de noviembre de 2017

Cuestión de historia (Castellano)

¿Por qué se enfadan los nacionalistas españoles si el peor enemigo para sentirse orgulloso del país es nuestra propia historia, que no podemos borrar?

Cuando llegó Carlos V no hablaba ni una palabra de ninguna de las lenguas de la península, y solo le interesaba España para financiar el imperio y las guerras europeas con el oro y la plata que venía de América.

Sin embargo acabó dando libertad de culto y de comercio a los europeos, mientras cedía a las presiones nacionales para mantener a los españoles bajo el viejo feudalismo de siempre y con la iglesia más retrógrada del continente.

Lo que hicieron los Austrias con Alemania, lo repitieron los Borbones con Francia, desinteresándose por los asuntos nacionales en beneficio de la potencia vecina y dejando al pueblo español a su suerte bajo la misma oligarquía caciquil y eclesiástica de siempre.

Hasta tal punto contrasta la valentía y el coraje de la ciudadanía del 2 de mayo con la mediocridad de sus dirigentes, que Fernando VII llegó a arrodillarse ante Napoleón al ofrecerle la corona de España.

Antonio Canovas del Castillo
El resto de la historia lo conoce todo el mundo: al grito de “vivan las cadenas” o de “lejos de nosotros la funesta manía de pensar” hemos tenido más de 100 golpes de estado en los últimos tres siglos.

Lo único que no ha cambiado ha sido un ejército dispuesto a someter al país, en beneficio de una clase privilegiada y despótica, que busca mantener su estatus a través de la miseria y la ignorancia de un pueblo controlado por la iglesia.


En fin, una historia tan triste, que el mismo Cánovas del Castillo, Presidente de Gobierno e impulsor de la constitución  de 1876, cuando fue interpelado por el redactor de la misma para que le orientase sobre quiénes son los españoles, sugirió con sarcasmo “Ponga que son españoles los que no pueden ser otra cosa”.


¡¡LIBERTAD PRESOS POLITICOS!! 

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