miércoles, 15 de noviembre de 2017

¿Hay motivos para el desaliento?

¿Tiene razón Aznar cuando insinúa que no hay que preocuparse por el proceso catalán ya que los mismos catalanes lo echaremos a perder?

No comparto las críticas que se les hacen a los líderes del proceso, basadas en dos aspectos difíciles de prever: el primero, la violencia que el estado estaba dispuesto a ejercer en Europa en 2017 y el segundo, que esa Europa lo permitiera.

Respecto al primero, según revela la revista Interviú esta semana, el estado pretendía ocupar el Parlament con 300 efectivos de los cuerpos especiales de las FFSS, que “dejarían limpio de posibles manifestantes” el parque de la Ciutadella, es decir que estaban dispuestos a hacer un baño de sangre si hacía falta.

Echarle en cara al President Puigdemont y al Govern que no quisieran poner en peligro la vida de las personas, me parece tan miserable y temerario que no se justifica ni siquiera en campaña electoral.

Lo de Europa ha sido un amargo descubrimiento, que la mayoría nos negábamos a aceptar, pero que clarifica muchas cosas, desde el Brexit o el trato a los inmigrantes hasta la grave crisis de credibilidad que padece y que exige cambios importantes.

Unos se han escandalizado al descubrir que proclamar la independencia es algo más difícil que cambiarse de pantalones. Otros se han horrorizado al comprobar que no se tienen todas las piezas milimétricamente diseñadas.

¿Quieren más improvisación que proclamar la independencia de un rey y no saber si nombrar otro nuevo o no? Pues eso ocurrió en Estados Unidos tras la guerra de la independencia, cuando le propusieron a Georges Washington que asumiera la corona. Habían hecho una guerra que mató a miles de personas y ni siquiera sabían la forma de gobierno que querían.


Tendremos que tener paciencia, pero sabemos lo que queremos. 

!!!LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS¡¡¡


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