sábado, 20 de agosto de 2016

Talla política (Castellano)

No sé si les pasa como a mí, que cuando veo a nuestros actuales políticos, me pregunto donde están los equivalentes de los Suárez, González, Carrillo, Fraga,  Tierno Galván, Tamames, Herrero de Miñón, etc.

¿Como puede ser que con democracia y libertad, con más acceso a la cultura y mayor formación, aquellos que aspiran a ser nuestros líderes hayan sufrido una mengua tan manifiesta de su talla política e intelectual, hasta llegar a popularizar aquello de que algunos no podrían ni servir el café en el consejo de administración de una empresa de verdad?

Espero que nadie crea que es por casualidad, porque las casualidades de 40 años en política no existen, por más que nos ayude a tranquilizar nuestras consciencias, haciéndonos creer que no tenemos nada que ver en ello.

La respuesta es bien sencilla. Nuestro sistema político no limita el número de legislaturas que se puede ostentar un cargo de máxima responsabilidad, por eso quien lo ocupa siempre ha procurado evitar el ascenso de cualquiera que le pueda hacer sombra. 40 años de un sistema que sistemáticamente margina la excelencia y el resultado está a la vista de cualquiera.

Limitar el número de legislaturas a 2 cambiaría el funcionamiento de los partidos porque, incluso ostentando la mayoría absoluta, se verían obligados a buscar recambios excelentes, para no perder la confianza del electorado. De meras correas de transmisión de los deseos (con frecuencia inconfesables) del jefe, se convertirían en aparatos de búsqueda, formación y preparación de los futuros líderes del país.


La decisión es nuestra: podemos seguir sin hacer nada, permitiendo que nos gobiernen los más  sumisos y leales al mandamás, con independencia de su capacidad y preparación; o bien exigir que cambien el sistema, poner las dos legislaturas y que tengan que buscar y preparar a los mejores. 

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