domingo, 7 de agosto de 2016

Orgulloso de nuestro sistema sanitario (Castellano)

No sé si han tenido la oportunidad de ver funcionar una Unidad de Diagnóstico Rápido de Cáncer (UDR), espero que no porque indicaría que ustedes o un familiar próximo se encuentra en sospecha o en tratamiento por tal enfermedad. En cualquier caso esa es ahora mi situación así que he podido comprobar de primera mano el funcionamiento extraordinario de una UDR y, por extensión, de todo el sistema.

En tres semanas hemos pasado de la simple sospecha a la administración de la primera sesión de quimioterapia, pasando por todas las pruebas complementarias necesarias para confirmar el diagnóstico, unas hechas en el hospital de referencia y otras en centros de alta complejidad públicos o privados. Debo recalcar que el trato dispensado por los profesionales siempre ha sido exquisito.

Como sanitario me siento orgulloso de nuestro sistema de salud, ahora con mucho más motivo, por eso me entristeció asistir al Pleno Monográfico de Salud del Parlament, de junio 2015, y comprobar que los diputados de la oposición  despreciaban la reducción del tiempo de tratamiento del cáncer a menos de un mes, para afirmar que todo era un desastre por unas listas de espera donde predominaban patologías como  juanetes y fimosis.


Ya sea por interés partidista o por pura ignorancia, los políticos no deberían usar el sistema sanitario tan frívolamente, ni emplearlo solo para desgastar a este o aquel. No todo puede estar permitido en política, hay que poner límites, por lo menos el del respeto al electorado para explicarle la verdad: que un sistema universal y gratuito, con limitación presupuestaria y que se niega a poner copagos para evitar el mal uso, lo mínimo que puede tener son listas de espera, lo que hay que procurar es que sean de las patologías menos graves, que no acorten la vida del paciente y que la espera sea corta. 

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