jueves, 5 de octubre de 2017

Escuadrones de castigo

Aún estoy consternado por lo que ocurrió en Cataluña el 1-O. El estado quería escarmentarnos y lo que envió fueron escuadrones de castigo que, para generar pánico, arremetían sin mediar palabras contra hombres, mujeres, ancianos y niños: el resultado 900 heridos.

Que nadie se engaña, buscar urnas era una excusa porque, a pesar de los porrazos, Policía Nacional y Guardia Civil se llevaron menos de 100, mientras los Mossos, sin agresiones, requisaron más de 200. Querían darnos una lección, por querer votar.

Y votamos, con dignidad y determinación, contabilizando un total de 2.262.424 votos que, en tales circunstancias, es un resultado excepcional, a pesar de que se llevaron urnas con votos que no han podido ser cuantificados. Dijeron SI a la independencia el 89% de los votantes (2.020.144).

Pero vinieron a castigarnos, por eso pedían que no se usaran niños como escudos humanos, porque eran muy conscientes de lo que iban a hacer: sembrar el terror, por eso no dudaron e hacerlo ante las cámaras de TV. Le abrieron la cabeza a ancianas, arrastraron mujeres por el pelo y muchas más cosas que hemos visto en directo.

Hasta una hormiga se revuelve si la pisan, ¿cómo no responder para defender la dignidad y los derechos humanos ante ese trato, por parte de quien debería protegernos? Y el día 3-O se les dio la respuesta, el rechazo del miedo, saliendo a la calle para hacer oír el contundente y pacífico silencio de todo un pueblo: independentistas y no independentistas.

¿Hay esperanza de que los desmanes sean investigados o de que se pidan responsabilidades? Creo que pocas, porque la alcaldesa de Barcelona, Sra. Colau, denunció abusos sexuales en algunos desalojos y la respuesta del ministro del Interior, Sr. Zoido, ha sido que denunciará a la alcaldesa, no que se investigaran los hechos. ¿Como puede garantizar así la total impunidad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario