sábado, 7 de julio de 2018

Cuestión de dignidad

Los golpistas argentinos
Lucio Cornelio Sila fue un general romano que dio un golpe de estado haciendo entrar a sus propias legiones en Roma, lo que le valió la condena eterna de su nombre.  Desde entonces los dictadores son perseguidos en cuanto los pueblos despiertan de sus pesadillas:
  •  La dictadura argentina (25.000 muertos) acabó con la Comisión Nunca Más, que investigó los crímenes de estado, y con los generales golpistas encarcelados.
  • En Chile, Pinochet se resistió pero no pudo evitar ser perseguido por sus crímenes (40.000 muertos) y la semana pasada aún condenaron 18 militares por el asesinato de Víctor Jara.
  • La dictadura de los coroneles de Grecia acabó con el encarcelamiento y condena de sus promotores.
  • El régimen de Stalin, en la antigua URSS, fue denunciado en el XX Congreso del PCUS por Nikita Kruschev, lo que supuso el final de la barbarie estalinista.
  • Alemania se avergüenza hoy de Hitler, Italia de Mussolini, Camboya de Pol Pot y todos los que han tenido la desgracia de vivir uno de esos episodios vergonzosos. 
Y es que los países nunca perdonan a quienes les humillan por la fuerza, a quienes matan a su gente y violan su soberanía nacional…. Todos menos España, que sigue orgullosa de un golpista como Franco (más de 500.000 muertos), ¿por qué?

¿Por qué los otros pueblos se muestran tan celosos de su dignidad y nosotros somos tan condescendientes con quienes nos ha masacrado? ¿Por qué los otros pueblos son inflexibles persiguiendo dictadores y nosotros tan tolerantes con ellos, incluso después de muertos? 

¿Qué nos diferencia de los demás pueblos del mundo? ¿Es que el sol nos hace menos dignos, más conformistas o menos orgullosos? ¿O es simplemente que aún no hemos superado aquella infame dictadura por miedo o por pereza?

Por dignidad, ¿no es hora ya de superarla y condenarla?


VIVA LA REPÚBLICA

LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS

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