martes, 22 de enero de 2019

El retorno de Aznar (castellano)




Admiré a Aznar cuando, tras anunciar que solo estaría dos legislaturas, efectivamente no se presentó a las siguientes elecciones, ya que supuse que sentaría un precedente para el resto de los políticos.

Pero aquella anécdota no influyó en ningún cargo del país, porque todos siguieron agarrados como una lapa, y además, viendo los reiterados intentos del propio Aznar por volver, creo que lo que quería era emular a su predecesor, el Sr. Fraga.

Cuando, en 1986, don Manuel Fraga empezó a ser cuestionado por los resultados electorales, presentó su dimisión, después de poner al frente de AP al político más mediocre que encontró, el andaluz Hernández Mancha.

El nuevo líder conservador no solo era incompetente, sino que además tenía la chulería y prepotencia que solo proporciona la ignorancia, así que le puso una moción de censura a Felipe González.

Hay que reconocerle su atrevimiento (o inconsciencia), pues el PSOE estaba en su máximo apogeo, pero nada evitó que su iniciativa fuera uno de los mayores ridículos de nuestra democracia, así que AP llamó de nuevo al Sr. Fraga para que les salvara del desastre.

Felipe González y Antonio Hernández Mancha
En España, donde los políticos se perpetúan en el cargo durante décadas, todos eliminan a quienes pueden hacerles sombra y cuando se van procuran dejar a alguien que les haga buenos.

El Sr. Aznar lo intentó con Rajoy, que era el peor valorado de sus posibles sustitutos, pero le salió mal, porque el gallego era todo lo contrario del andaluz: miedoso hasta la parálisis, poco trabajador y alérgico a tomar decisiones.

Aznar se quedó sin hueco al que volver, hasta ahora, cuando ha encontrado un iletrado verborreico, el Sr. Pablo Casado, con quien logrará que pronto el PP le reclame como salvador.

VIVA LA REPÚBLICA

LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS

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