Sin embargo. estaba equivocado, por lo menos con los
votantes del PP, que escogieron aquel partido cuando ya sabían que era el más
corrupto de Europa, y volvieron a hacer presidente a Rajoy cuando ya sabían que
salía en los papeles de Bárcenas como receptor de sobresueldos.
Votaron a Casado, como presidente del partido, cuando ya
sabían que había mentido toda su vida en el currículum y que era tan mediocre
que el PP tuvo que regalarle el título de abogado. Lo hicieron después de que amenazara
a Torrent con sus hijos, como haría un vulgar mafioso.
Siguen votando al PP a pesar de saber que, para aspirar a un cargo en el País Valenciano, se tenía que “donar” 1000 €, que el partido devolvía tras limpiar dinero de la corrupción, pero excluyendo de los cargos a los militantes honestos que no aceptaban el chantaje.
Seguro que ellos creen que votan aquel partido por el bien
del país, pero hay que recordarles que el infierno está pavimentado de buenas intenciones,
y votar a quien sabemos que es un corrupto, un mentiroso o que tiene
comportamientos mafiosos es una mala decisión.
Con todo ello resulta evidente que los votantes del PP son
los peores enemigos del buen nombre de España, los mayores causantes de su
pérdida de dignidad y credibilidad, y los máximos responsables de que la
política española se haya convertido en una cloaca inmunda.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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